En ocasiones nos encontramos con pacientes descontentos con sus dientes. Pueden ser problemas de color, forma, tipo de mordida, dolor o simplemente porque son dientes que están en mal estado y necesitan mucho tratamiento con su correspondiente coste para poder salvarlos. ¿Merece la pena en estos casos quitar los dientes y colocar implantes?

Es importante pensar que la naturaleza nos ha dado dientes por algo. Y que nuestros dientes naturales serán siempre MEJORES que un implante. Por ello recomendamos  como primera opción SALVAR LOS DIENTES, realizando los tratamientos oportunos para poder conservarlos.

Tenemos a nuestra disposición un gran abanico de tratamientos conservadores restauradores: Endodoncias, empastes, coronas, incrustaciones…

En algunos casos, donde el diente se encuentra muy deteriorado, lo que llamamos diente de pronostico malo, y no podemos dar garantía de nuestro tratamiento, o si valoramos que el coste-beneficio no está justificado, aconsejaremos al paciente la extracción del diente y la colocación de un implante. Pongamos un ejemplo: un diente fracturado, donde prácticamente no queda corona o parte visible, y requiere muchos tratamientos para poder conservarse en boca: endodoncia, cirugía, perno, reconstrucción y corona. Si consideramos que todo ese tratamiento no está justificado porque el riesgo de fractura en un futuro inmediato es muy alto, aconsejaremos con toda honestidad la extracción del diente y futura colocación de un implante.

Con lo cual, para resumir, siempre intentaremos mantener nuestros dientes naturales. La opción del implante será la última, y por supuesto bajo el consejo del profesional. Si el diente problema tiene un pronostico malo, o el coste beneficio del tratamiento es muy elevado y sin garantías futuras, aconsejaremos la extracción del diente y colocación de un implante. 

Artículo escrito por la Dra. Eva M. Rosa